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lunes, 15 de noviembre de 2010

Reseña: Jose Clamente Orozco


El pasado jueves 7 de octubre del año en curso, asistimos el equipo de “las Abejitas” al antiguo colegio de san Ildefonso a observar la exposición “Pintura y Verdad”   dedicada a un gran artista José Clemente Orozco.

En la planta baja del colegio estaba una exposición acerca de la UNAM, el motivo de dicha exposición es la conmemoración de los 100 años, dicha exposición presenta información sobre las carreras que se imparte en la institución, además de algunos logros que ha recibido, tanto en el ámbito deportivo como en el científico.

En el primer piso empieza la verdadera exposición “Pintura y Verdad”. José Clemente Orozco es reconocido por los maravillosos y majestuosos murales que hacia, no solo aquí en México, sino en otros países como en Estados Unidos especialmente en New York.

Están expuestas obras de distintas facetas artísticas de Orozco, aún las poco conocidas, desde sus comienzos en la caricatura política, en la pintura de caballete, el gouache, el dibujo, el grabado etc. por ejemplo hay una sala donde había pequeñas caricaturas muy sencillas, pero que tenían un gran mensaje contra el gobierno, aquí pudimos observar que Orozco tenia ideas revolucionarias.

Pudimos observar que el manejaba diversas técnicas en diversos materiales; las que nos parecieron más importantes fueron estas:
·         Oleo sobre tela
·         Tinta sobre papel
·         Lápiz sobre papel
·         Punta seca
·         Temple sobre cartón
·         Carbón cobre papel
·         Tempera
Nos llamaron la atención por la gran complejidad de dicha técnica, la mayoría de las técnicas ya las habíamos visto empleadas en otras obras de distintos autores, pero la que nos fue nueva fue la de punta seca, por lo que pudimos observar en los dibujos realizados con esta técnica es que usaba papel blanco lleno de carbón (eso parecía) y lo iba raspando y dándole forma al dibujo, esto fue lo que suponíamos, no estábamos muy seguros, así que investigamos sobre esta técnica y concluimos en que estábamos equivocados porque dicha técnica consiste en que el artista dibuja la imagen sobre una lámina de zinc o de cobre, sin tratar, utilizando un instrumento que parece un lápiz, generalmente con punta de diamante. A medida que se va haciendo la incisión se va produciendo un surco, levantando a ambos lados una especie de suaves crestas de metal llamadas "rebarbas" o "rebabas".
Con esta definición pudimos observar la gran capacidad que poseía Orozco para dibujar; otra técnica que nos confirmó esto fue la de tinta sobre papel, ya que con trazos muy simples lograba hacer grandes representaciones además este tipo de material no se puede borrar muy fácilmente, así que prácticamente Orozco no se podía equivocar (bueno, solo un poco)  al usar esta técnica.

En esta exposición no solo se conocieron los distintos tipos de materiales que utilizo si no también los bocetos que hizo para diferentes obras realizadas, eso fue lo que mas nos llamo la atención, los dibujos a lápiz son muy interesantes.
Uno de los vigilantes que se encontraban en la exposición nos dijo que hacia muchos bocetos o borradores ya que el al comenzar un mural o pintura el no copiaba u observaba algún dibujo si no que lo hacia a pulso y memoria, por ello nos damos cuenta del talento. Hacia por partes los murales, por ejemplo un mural en el cual aparecían 5 personas, lo primero que hacia es hacer un boceto sumamente sencillo a lápiz, el cual se denominaba: “estudio para…” de cada uno de las personas, luego procedía hacer otros bocetos en los cuales agregaba mas detalles, hasta que tenia todos los elementos necesarios para el mural, los plasmaba en distintas técnicas, como el oleo, temple, tempera, etc. Esta información nos las dio el vigilante
Las obras que mas me gustaron fueron las de la Conquista, los conflictos sociales, la falsedad y la injusticia, los sacrificios y los ideales, la revolución ya que no solo son obras hermosas sino también con un muy buen objetivo.

En general nos pareció una buena exposición ya que es un homenaje a un gran muralista con buenos ideales que lograron sobresalir, sus murales son muy inspiradores para los que lo contemplan por la gran técnica y mas que nada por los ideales plasmados.

Artista del Barroco Español

Bartolome Esteban Murillo (Barroco en España)





Nació en Sevilla, España, en 1617 donde vivió hasta su muerte en 1682.
Fundó una prestigiosa escuela de arte en 1660 que dirigió con gran habilidad. Su obra fué muy amplia y variada, siendo en su mayor parte de tema religioso ya que la iglesia era el mayor mecenas de los artistas, excepción hecha de la monarquía.
También pintó delicadas escenas de niños, adolescentes y minuciosos retratos. Su pintura, basada en el estudio de la escuela italiana y flamenca, se adapto al gusto y la devoción de su país, llegando a ser un pintor de gran prestigio y consideración.
La influencia de Murillo en la pintura española se extendió hasta el siglo XIX, fundamentalmente en Sevilla. Actualmente está considerado como uno de los grandes maestros de la historia del arte y sus cuadros se reparten con prestigio en todos los grandes museos del mundo.


obras de arte



Murillo, La Sagrada Familia del pajarito, 1650, 1,44 X 1,88 m., Óleo sobre lienzo, Museo del Prado, Madrid.

La Sagrada Familia del Pajarito, recibe ese nombre por el pajarillo que el Niño Jesús muestra al perro. Son figuras elegantes pero no dejan de poseer cierto realismo; el protagonista es el Niño Jesús, iluminado por un potente foco de luz procedente de la izquierda que provoca contrastes, dejando el fondo en total penumbra sobre el que se recortan las figuras, aunque junto a San José se vislumbra el banco de carpintero. hincada  yace Maria comineod una manzana.



Murillo, El buen pastor, 1660, 1,64 X 1,10 m., Óleo sobre lienzo, Museo del Prado, Madrid.

En el Evangelio de San Juan (10, 11-14) se compara al Cristo con el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas. Esta sería la posible base documental de este trabajo de Murillo. El Niño Jesús se sitúa en un paisaje con una referencia arquitectónica al fondo, sentado sobre algunos restos clasicistas y dirigiendo su mirada al espectador. En la mano derecha lleva la vara del pastor y con la izquierda acaricia al cordero, quien también dirige la mirada hacia nosotros. La composición se estructura con una pirámide característica del Renacimiento mientras que la pierna y la vara se ubican en diagonal para reforzar el ritmo del conjunto.



Murillo, Los Niños de la Concha, 1670, 1,04 X 1,24 m., Óleo sobre lienzo, Museo del Prado, Madrid.

Murillo es uno de los mejores pintores de niños de la pintura española. Murillo nos presenta a los niños a orillas del río Jordán, eligiendo el instante en el que el Niño Jesús ofrece la concha a su primo. En primer plano, un corderito - símbolo de Cristo - contempla la escena, mientras que la parte superior presenta un Rompimiento de Gloria con tres ángeles muy difuminados. La composición está inscrita en un triángulo, siendo la cabeza de Jesús el vértice superior. Los contrastes de luces y sombras son sorprendentes y otorgan una especie de bruma a la escena, bruma conocida como "efecto vaporoso" que caracterizará las últimas obras del pintor. La combinación de idealismo y realismo también es significativa; su pincelada se hace más suelta, aunque el colorido es similar, con predominio de gamas oscuras.




Murillo, La Inmaculada de la Media Luna, 2,06 X 1,44 m., Óleo sobre lienzo, Museo del Prado, Madrid.
Otra Inmaculada diseñada con la misma composición estructural pero diferente en cuanto la expresividad del personaje. Su triunfo no es exultante: el rostro está pálido, su expresión melancóloca y con la vista perdida, parece que buscase a su Hijo en los cielos.
Su estilo vaporoso permanece en este cuadro al igual que el modelo de belleza devota de otras figuras.



Murillo, La Virgen del Rosario, 1950-55, 1,64 x 1,20 m., Óleo sobre lienzo, Museo del Prado, Madrid.


La devota sociedad española del Barroco solicitará a los pintores un importante número de imágenes de la Virgen María debido a que los protestantes estaban cuestionando muchos dogmas relacionados con ella, como la virginidad o haber sido concebida sin pecado original. Una de ellas es la Virgen del Rosario, donde aparece María sentada con el niño en brazos, sosteniendo el rosario con la mano derecha. A pesar de estar juntos apenas se relacionan entre sí, ya que miran hacia el espectador; sólo sus mutuos abrazos les ponen en contacto, omitiendo los juegos de miradas entre madre e hijo. Los tonos que emplea son bastante oscuros aunque intenta alegrar la gama cromática con el rojo y el azul, símbolos de martirio y eternidad respectivamente.


bibliografia


lunes, 11 de octubre de 2010

Algunos datos importantes del Barroco

Sor Juana Inés de la Cruz es una buena representante de una corriente cultural muy importante en occidente que se denomina Barroco.
El Barroco abarca, aproximadamente, los siglos XVII y XVIII en la cultura europea, y tuvo un desarrollo muy importante en América, especialmente en México (de donde Sor Juana es originaria) y Perú.
En términos muy generales, el Barroco se relaciona con el movimiento contrarreformista católico (aunque también existe un barroco luterano), y se vincula con un renovado sentido de trascendencia espiritual.
En el caso del “Barroco de Indias” la influencia fundamental es católica, e implica cierto desdén hacia la experiencia terrena a favor de la vida eterna que es prometida a todo creyente. El paso por la tierra se identifica con el sufrimiento, el engaño y la apariencia; la verdad estará, en consecuencia, únicamente en la salvación.
Ahora bien, todo lo que sabemos de la vida procede de la experiencia física, y el escritor barroco vive entonces angustiosamente su paso errante por este “valle de lágrimas” engañoso. Muchas veces parece atrapado en un castillo de espejos, un lugar en donde ninguna imagen –aunque se lo promete- le devuelve su verdadero rostro.
De ahí su gusto por la apariencia, que sabe engañosa pero presente. La gran contradicción barroca es la necesidad de trascendencia y la imposibilidad de lograrla. Las imágenes hermosas mienten, pero la vida parece hecha de meras imágenes en constante proliferación.
El Barroco vive la realidad como falsa apariencia, como un exilio de la realidad verdadera que sólo se encuentra en la muerte en tanto salvación. El hombre es apenas una imagen del Dios eterno, una alegoría de la resurrección.

El Barroco es el arte del siglo XVII y de comienzos del siglo XVIII. El origen del estilo se encuentra en la ciudad de Roma, desde donde se difundió hacia toda Europa y hacia América.

Barroco: Este termino deriva de la palabra "berrueco" que significa piedra irregular

El Barroco fue la manifestación plástica de los poderes establecidos: el Papado, la monarquía absoluta y la burguesía mercantil, Cada uno de ellos se sirvió de la arquitectura, la pintura y la escultura para expresar sus ideas y destacar su papel en la sociedad.
         La monarquía absoluta utilizó la magnificencia y las posibilidades decorativas del Barroco como arte de propaganda.
         El Papado reaccionó contra la división que provocó la Reforma iniciada por Lutero generando el movimiento que se conoció como Contrarreforma. Las disposiciones del Concilio de Trento y la creación de la Compañía de Jesús permitieron reforzar el dogma y exaltar la autoridad de la Iglesia. La arquitectura, la escultura y la pintura fueron utilizadas para destacar el prestigio de la autoridad papal e ilustrar las verdades de la fe. Por eso, al Barroco se lo ha llamado también el arte de la Contrarreforma.
         La burguesía alcanzó gran importancia durante los siglos  XVII y XVIII. Este grupo fue el soporte de las recientemente independizadas Provincias Unidas de los Países Bajos y fue un factor determinante para el desarrollo de Inglaterra. En otras naciones, muchos de sus integrantes más notorios se mezclaron con la antigua nobleza y, en algunos casos, alcanzaron la nobleza. El arte del Barroco fue usado por la burguesía para expresar sus ideas y trascender más allá de su época.

El estilo barroco se caracterizó por la monumentalidad de sus creaciones y por producir efectos teatrales y dramáticos mediante el uso de formas curvas y espiraladas y de colores fuertemente contrastados. Este estilo se manifiesta en las distintas disciplinas:
         Urbanismo y arquitectura. Una de las características más notables del arte barroco fue el desarrollo urbanístico. Además de construir avenidas, el urbanismo barroco estableció la costumbre de abrir amplios espacios delante de los edificios. También fueron frecuentes las plazas enmarcadas por construcciones, en las que muchas veces se instalaban fuentes. Los elementos más característicos de la arquitectura barroca son la grandiosidad, tanto en el exterior como en el interior de los edificios, el triunfo de las líneas curva y mixtilínea sobre la recta —por ejemplo, en las columnas salomónicas, el fuste o cuerpo de la columna se retuerce en espiral— y el claroscuro —los planos y las superficies quebradas producen efectos de luz y sombra en las fachadas y en el interior del edificio. El urbanismo tuvo en Roma su ejemplo más destacado. La ciudad comenzó a tener, ya desde fines del siglo XVI, el perfil teatral característico del trazado urbano barroco, que luego se difundió por un gran número de ciudades europeas y americanas. Domenico Fontana, mediante amplias avenidas, unificó el centro de la ciudad de Roma y conectó diversas iglesias y monumentos cristianos.
El Urbanismo Barroco: “El Barroco se caracteriza por su afán integrador de espacios en un todo unitario, ya sea urbano o paisajístico. Es el gran momento del urbanismo moderno. En este período surgen los planes reguladores de lo que se ha llamado ‘la ciudad capital’. Roma es el prototipo de esa ‘ciudad capital’. Su desarrollo urbanístico se había iniciado de manera efectiva en tiempos de Julio u, pero su máximo organizador fue Sixto y (1585-1590), ayudado por el arquitecto Domenico Fontana.
         Escultura. La expresión de movimiento y dinamismo también triunfa en la escultura. Las imágenes muestran pasiones violentas y exaltadas y actitudes teatrales.
         Pintura. El naturalismo, la expresividad de las figuras representadas y el intenso claroscuro son las características más importantes de la pintura del período. Además de que la mayoría de las pinturas el tema central es sobre la religión.

Bibliografía

Wellek, René. “El barroco”. Conceptos de crítica literaria. Trad. de Edgar Rodríguez Leal. Caracas: Universidad Central, 1968.
Paz, Octavio. Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. México: Fondo de Cultura Económica, 1999.
Picón-Salas, Mariano. De la conquista a la independencia: tres siglos de historia cultural hispanoamericana. México: Fondo de Cultura Económica, 1950.

Artista del arte barroco holandes

Jan Vermeer (Barroco en Holanda)

 No conocemos mucho acerca de la biografía de Jan Vermeer, los datos son oscuros. Se sabe que es admitido como maestro del gremio de San Lucas en 1653. Los especialistas apuntan a su posible formación con Carel Fabritius.
Vermeer recrea como nadie el ambiente de un país pequeño como es Holanda. Rechaza todo lo que implique grandeza, él es pintor de las pequeñas cosas. De pronto sus ojos, y después su pincel, son capaces de captar el encanto de un cabello, el brillo de un pendiente o la melancolía de una pequeña calle. Su amor hacia el detalle mínimo hace que se le compare con los primitivos flamencos.
La atmósfera de sus interiores nos hablan del cuidado con que trata lo cotidiano. La luz que emplea, tanto en interiores como en exteriores, es de suprema sutileza.


Obras de arte


Vermeer, Muchacha leyendo una carta, 1657, 83 x 64 cm, Dresden, Gemaldegalerie.

El cuadro nos muestra la esquina de una habitación, con la presencia de una mujer, leyendo una carta frente a una ventana abierta. La figura ocupa poco espacio en comparación con el tamaño total del lienzo. En primer plano destaca la habitual mesa cubierta por una alfombra, y sobre la que descansa un plato con frutas. Esta alfombra y este plato con frutas son los mismos que se pueden contemplar en otras obras del mismo artista Completan el mobiliario una cortina roja sobre la ventana y una silla situada en la unión de las dos paredes visibles.
El uso de estos elementos, la silla, la mesa del primer término, son recursos bastante utilizados por Vermeer para encajar las composiciones. En un primerísimo plano destaca un cortinón verde, suspendido de una barra horizontal, y recogido en el lado derecho del cuadro.  La protagonista lee absorta una carta, ocupando el centro de la composición. Viste un vestido verde amarillento y negro.



 
Vermeer, Calle de Delft, 1657-1658, 54 x 44 cm, Amsterdam, Rijksmuseum.

Vermeer nos presenta una fachada de ladrillos rematada con un aguilón en forma de aspillera, en paralelo al primer plano, donde observamos los adoquines de la calle. En la zona de la izquierda, y sin apenas transición, nos encontramos con una casa más baja, apreciándose entre ambas los tejados y aguilones de los edificios del fondo. La casa presenta todas sus contraventanas cerradas, lo que hace pensar que está cerrada al exterior, aunque la puerta permanezca abierta. Allí trabaja una mujer, concentrada en su encaje. Una pequeña puerta sostenida con puntales de madera da acceso al patio, donde podemos observar a una criada que se ocupa en una tinaja de agua. Vermeer se interesa por la luz, llenando el espacio de una clara iluminación para resaltar las diferentes tonalidades, especialmente el blanco de la cal y el rojo del ladrillo. Las pinceladas son rápidas, utilizando la característica técnica "pointillé" con la que reparte los chispeantes puntos de luz por toda la superficie del lienzo, pero sin renunciar a los detalles que aportan el suficiente verismo a la escena, a pesar de tratarse de una obra de reducido tamaño.



Vermeer, El taller del artista, 1665-1666, 120 x 100 cm, Kunsthistorisches Museum, Viena.

Podemos observar al propio Vermeer trabajando en su salón, pintando a la chica que aparece al fondo. Acaba de empezar el cuadro y va ricamente vestido, muy colorido y con sombrero, todo muy refinado.
La modelo sería Clío, la musa de la Historia, por llevar el libro y el trombón, vestida con manto de seda azul. Un amplio mapa de los Países Bajos está colgado en la pared y una lámpara con el águila de doble cabeza completa la escena.
El primer plano está en atrevida penumbra y el fondo resalta por su luminosidad.



Vermeer, Vista de Delft, 1661, 99 x 118 cm, The Mague Mauritshuis.

Vermeer no se prodigó mucho en los paisajes, de hecho solamente pintó dos.Se trata de una vista de los canales de Delft (Holanda), ciudad donde Vermeer nació, vivió y murió. La obra es espectacular por su realismo, retrata magistralmente la luz de Holanda, las casas de la época reflejadas con gran realismo sobre el agua, el cielo nuboso típico del norte.





Vermeer, El geógrafo, 1668-1669, 53 x 46 cm, Steadelsches Kunstinstitut.

Algo extraño es que aparezca la figura masculina solitaria en obras de este pintor.
En este caso un joven elegante y ostentosamente vestido hace sus cálculos con un compás sobre un mapa. De nuevo la luz penetra por la ventana de la izquierda y nos permite apreciar detalles como el globo terráqueo sobre el armario, los libros, la tela maravillosa sobre la mesa, las manos del chico, tan expresivas, los mapas enrollados por el suelo y la expresión pensativa del rostro.
La luz, los brillos y los colores son algo prodigioso hasta tal punto que crean una atmósfera recogida e intimista.





bibliografiahttp://www.arteyestilos.net/index.php?option=com_content&view=article&id=755:vermeer-de-delft&catid=44:biografias-de-pintores&Itemid=59
http://www.cossio.net/actividades/pinacoteca/p_03_04/vermeer.htm
http://www.epdlp.com/pintor.php?id=400

Artista del arte barroco Italiano

Michelangelo Merisi (Barroco en Italia)

 Nace en Caravaggio. Quedó huérfano muy joven, por ello abandona su hogar para ir a Milán. Allí pasó dificultades, pero esto no le impidió el ir abriéndose paso en el campo de la pintura. Hacia 1589-1590 se traslada a Roma, aquí pasó verdaderas calamidades hasta que en 1594 entró en uno de los mejores talleres, el taller del Cavalier d´Arpino, el favorito de la curia papal. Su situación comenzó a mejorar considerablemente. El taller estaba especializado en la pintura de bodegones. Se sabe que Caravaggio permaneció unos 8 meses con el Cavalier d´Arpino, pero luego montó su propio taller. Allí siguió realizando pintura profana de pequeño formato que vendía gracias a un marchante que tenía un negocio próximo a San Luis de los Franceses. El cardenal del Monte ve por primera vez las obras de Caravaggio, quedando sumamente impresionado. Como consecuencia, el cardenal se convierte en el protector de Caravaggio, produciéndose así un cambio trascendental en la carrera del pintor. Entre 1595 y 1596 Caravaggio se traslada a vivir al palacio Madama, residencia del cardenal. A partir de entonces le lloverán los encargos, algunos de la talla de los demandados para decorar San Luis de los Franceses.
Un homicidio le obligó a huir a Génova, después volvería a Roma con el apoyo de sus protectores, pero pronto sería desterrado de la ciudad por un nuevo homicidio. A partir de entonces lleva una vida errante por diversos puntos de la geografía italiana: Nápoles, Malta, Sicilia, Mesina, Palermo. A los 37 años muere en 1610 en Porto Ercole.


Obras De Arte

Caravaggio, Baco, c.1597, óleo sobre lienzo, 95 x 85 cm, Uffizi, Florencia.

La pintura representa a un joven dios Baco, reclinado a la manera clásica con uvas y hojas de parra en el pelo, manoseando el cordel de la floja toga que le cubre. Sobre una mesa de piedra enfrente de él hay un bol de fruta y una jarra grande de cristal con vino tinto; con su mano izquierda ofrece al espectador un cáliz o copa de vino llana y ancha, aparentemente invitando al espectador a unirse a él.
El vino se ha servido hace poco, como indican la espumilla en la jarra, mientras que Baco sostiene en la mano el cáliz con poca seguridad como muestran las vibraciones; las mejillas, como las manos, están sonrojadas y contrastan con la palidez de la piel, indicando un estado de ligera ebriedad.
En este cuadro, la androginia del sujeto debe entenderse como unión de los contrarios y por lo tanto armonía, propia de lo divino, mientras que Baco, Dios muerto y resucitado, preanuncia simbólicamente la venida y el sacrificio de Cristo, que ofrece el cáliz de la salvación, como Baco que aquí ofrece el cáliz.



Caravaggio, El martirio de S.Mateo, 1599-1600, óleo sobre lienzo, 323 x 343 cm, capilla Contarelli, S.Luis de los Franceses, Roma.

Este lienzo preside el altar mayor y nos muestra una composición muy violenta y de difícil lectura, al aparecer algunos motivos envueltos en la oscuridad. La iluminación es muy compleja y la composición se centraliza en torno al martirio del santo. Éste aparece en el momento en el que va a recibir el golpe de gracia, mientras que sobre el ejecutor aparece un ángel que le entrega la palma del martirio.
Alrededor de esta escena aparecen los demás personajes, huyendo de la crueldad de la escena.
La iluminación tiene un carácter arbitrario, iluminando únicamente las partes más dramáticamente activas. La composición es de un claro contenido manierista, con una luz de procedencia ignorada y con una clara utilización dramática.

Caravaggio, Crucifixión de S.Pedro, 1600-1601, óleo sobre lienzo, 230 x 175 cm, capilla Cerasi, Sta.María del Pópolo, Roma.

Es óleo sobre lienzo, de carácter intencionadamente antiheroico y anti-áulico.
La pintura representa el martirio de San Pedro por medio de la crucifixión,  Pedro pidió que su cruz fuera puesta al revés para no imitar a su maestro, Cristo. El gran lienzo muestra a tres esbirros romanos, figuras tenebrosas, con el rostro oculto o apartado. Esta crucifixión no es sangrienta, pero no está ausente el dolor. Es un zigzag de diagonales, que pronostican el inevitable martirio. Es una escena sombría que se desarrolla en un campo pedregoso.
En el cuadro, la luz baña a la cruz y al santo, ambos símbolo de la fundación y de la construcción de la iglesia, a través del martirio de su fundador.





Caravaggio, La inspiración de S.Mateo, 1602, óleo sobre lienzo, capilla Contarelli, S.Luis de los Franceses, Roma.


La pintura representa la historia que se narra en el Evangelio según san MateoEvangelio según san Mateo (Mateo 9:9): Jesús vio un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: «Sígueme», y Mateo se levantó y le siguió.
En esta pintura, el brillo y la ventana con lienzo parece que sitúa la tabla puertas adentro. Cristo trae la luz verdadera a este espacio oscuro de los recaudadores de impuestos.  Esta pintura refleja así la colisión entre dos mundos: el poder ineluctable de la fe inmortal y el ambiente mundano, que se inclina sobre su dinero, ignorando a Jesús. Éste le atraviesa con un rayo de luz, haciendo, aparentemente sin esfuerzo, un gesto con la mano que ejerce una gravedad sublime, sin necesidad de lucir musculosidad.




Caravaggio, El entierro de Cristo, 1604, óleo sobre lienzo, 300 x 203 cm, pinacoteca vaticana, Roma.


San Juan y y y y Nicodemo sostienen con esfuerzo el cuerpo de Cristo muerto, mientras detrás se encuentran la Virgen María, María Magdalena y María de Cleofás. Esta pintura barroca – con una cascada diagonal de plañideros y portadores del cadáver que descienden el flojo y muerto cuerpo de Cristo, y la piedra desnuda – no es un momento de transfiguración, sino de duelo. Caravaggio presenta personajes abatidos, agachados, acuclillados, tumbados o al menos cabizbajos.
Por lo general en pintura son importantes los rostros. Pero en el caso de Caravaggio siempre destaca hacia dónde apuntan los brazos. Hacia el cielo en la Conversión de san Pablo en el camino de Damasco, hacia Leví en La vocación de San Mateo. Aquí, el brazo caído del Dios muerto y el sudario inmaculado tocan la piedra, el brazo se ha representado con gran realismo, con las venas dilatadas y la mano en la que se ven los estigmas. La afligida María, por su parte, gesticula mirando al Cielo y abre las manos, con lo que se agudiza la tensión.



bibliografia



 
 
Estilo Barroco

A continuacion se presenta una investigacion realizada, tomando en cuenta los siguientes puntos

Contexto social de la épocaàMedievo (600a.c.-1800d.c.)
·         Estilo barroco (1600 hasta el año 1750)

Relación con los estilos de arte que se desarrollaron en ese periodo
  1. ·         Romano
  2. ·         Bizantino
  3. ·         Gótico
  4. ·         Renacimiento 
  5. ·         Rococó
  6. ·         Paleocristiano

Estudio de un estilo por sus características
·         Estilo barroco


 
Contexto social del Medievo
La Edad Media, Medievo o Medioevo es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América,1 o en 1453 con la caída del Imperio Bizantino, fecha que tiene la ventaja de coincidir con la invención de la imprenta (Biblia de Gutenberg) y con el fin de la Guerra de los Cien Años.
El estilo Barroco es un movimiento cultural e ideológico que se desarrolla en España y Europa desde finales del siglo XVI hasta comienzos del XVIII.
El barroco se dio con más intensidad y duración en España debido a la fuerza de la Iglesia Católica y de la
Inquisición. El siglo XVII es, en general, una época de crisis y decadencia.

La decadencia política y militar
El siglo XVII fue para España un período de grave crisis política, militar, económica y social que terminó por convertir el Imperio Español en una potencia de segundo rango dentro de Europa. Los llamados Austrias menores -Felipe III, Felipe IV y Carlos II- dejaron el gobierno de la nación en manos de ministros de confianza o validos entre los que destacaron el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares.
En política exterior, el duque de Lerma, valido de Felipe III, adoptó una política pacifista y logró acabar con todos los conflictos heredados del reinado de Felipe II. Por el contrario, el conde-duque de Olivares, valido de Felipe VI, involucró de lleno a España en la guerra de los Treinta Años, en la que España sufrió graves derrotas militares.
Durante la segunda mitad del siglo, Francia aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión expansionista sobre los territorios europeos regidos por Carlos II. Como consecuencia de esta presión, la Corona española perdió buena parte de sus posesiones en Europa, de modo que a principios del siglo XVIII el Imperio español en Europa estaba totalmente liquidado.
En política interior, la crisis no fue menos importante. El duque de Lerma procedió a la expulsión de los moriscos (1609), con lo que se arruinaron las tierras de regadío del litoral levantino, y permitió la generalización de la corrupción administrativa. Posteriormente, la política centralista del conde-duque de Olivares provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana fue sofocada el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país (1668).

La crisis social y económica
En el siglo XVII, España sufrió una grave crisis demográfica, consecuencia de la expulsión de casi 300.000 moriscos y de la mortalidad provocada por las continuas guerras, el hambre y la peste.
La sociedad española del siglo XVII era una sociedad escindida: la nobleza y el clero conservaron tierras y privilegios, mientras que los campesinos sufrieron en todo su rigor la crisis económica. La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades se vieron abarcados al ejercicio de la mendicidad cuando no directamente a la delincuencia.
Por otra parte, la jerarquización y el conservadurismo social dificultaban el paso de un estamento a otro y sólo algunos burgueses lograron acceder a la nobleza. La única posibilidad que se ofrecía al estado llano para obtener los beneficios que la sociedad estamental concedía a los estamentos privilegiados era pasar a engrosar las filas del clero. Este hecho, unido al clima de fervor religioso, trajo como consecuencia que durante el siglo XVII se duplicara el número de eclesiásticos en España

Relación con los estilos de arte

1.    Romano
El arte románico es toda aquella producción artística generada en los países de Europa Occidental durante los siglos XI y XII. Se trata de un arte lleno de espiritualidad, fruto de la combinación armónica de diversas influencias como la romana, prerrománica, bizantina, germánica, árabe, etc.
Los diferentes estilos fueron evolucionando hacia uno sólo, muy homogéneo, con características casi idénticas en todos los países.  Dos hechos de importancia social y religiosa fueron relevantes para el desarrollo de este arte: Por un lado, nos encontramos con el fenómeno popular que se extendió en la época de las largas peregrinaciones a Santiago de Compostela, Roma y Jerusalén.  Por otro, la influencia de las órdenes religiosas a través de las nuevas reformas. La primera que se llevó a cabo fue la del monasterio benedictino de Cluny, en Francia, expandiéndose por Europa.

2.    Bizantino
El arte bizantino constituye uno de los episodios más grandiosos del arte universal. Se fundamenta en el arte griego y paleocristiano, con grandes influencias orientales (persa y musulmana).
El arte bizantino se va a dividir en tres grandes etapas:
Arte protobizantino: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.
La querella iconoclasta se prolongó entre los años 726 - 843 y enfrentó a los iconoclastas contra los iconódulos y fue tan violenta que produjo una crisis artística acentuadísima, especialmente en el arte figurativo.
Primera Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen Constantinopla.
Segunda Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.

3.    Gótico
El arte gótico se corresponde con la Baja Edad Media, a continuación del románico. Es un período dinámico desde el punto de vista socioeconómico, muy variado, con intensos contactos con Oriente a través de las cruzadas y las rutas comerciales.  Se trata de un estilo artístico europeo con unos límites cronológicos que oscilan aproximadamente entre el año 1140 y las últimas décadas del siglo XVI, dependiendo del área geográfica.  Hoy día se considera uno de los momentos más importantes desde el punto de vista artístico en Europa. Fue un arte que se aplicó en el campo de la arquitectura civil y religiosa, la escultura, las vidrieras, la pintura mural y sobre tabla, los manuscritos miniados y las diversas artes decorativas. El término gótico fue empleado por primera vez por los adinerados del renacimiento, en sentido peyorativo, para referirse al arte de la edad media, al que ellos consideraban inferior y bárbaro (gótico deriva de godo) comparado con el arte clásico.

4.    Renacimiento
El Renacimiento expresa un movimiento y una época donde se retorna al estudio e imitación de la literatura, arte y filosofía de la antigüedad clásica griega y romana En pintura la renovación hacia lo clásico se realiza por medio del estudio del natural y de la aplicación de las leyes de la perspectiva, únicamente este arte recibe la influencia greco-romana a través de la arquitectura y la escultura.

5.    Rococó
Los temas de la pintura rococó tienden a la superficialidad, los colores a la alegría y la luz se insinúa donde puede. Los personajes, reales o imaginarios son idealizados.   Dado que el estilo nació en Francia, ahí es donde se encuentran los artistas más representativos, pero también hay pintura rococó de interés en  Italia y en  Inglaterra.     



Los temas preferidos para la representación en pintura son: fiestas galantes y campestres, damas, rigodones, minués y aventuras amorosas y cortesanas. Por todo esto, se recuperan personajes mitológicos como Venus y Amor que se entremezclan en las escenas representadas dotando a las composiciones de un tono de sensualidad, alegría y frescura.
Es usual el referirse al estilo Rococó como estilo galante. El nombre proviene del verbo galer, que en francés significa ser valiente y hábil en el trato con las mujeres. El galante es aquel que sabe tratar y complacer a una mujer. La figura de la mujer es un foco inspirador de la pintura. La mujer es un figura bella y sensual, cada vez más culta. Ella seduce y participa en aventuras prohibidas.

6.    Paleocristiano
Es el nexo de unión entre dos grandes etapas de la cultura y el arte occidental. Nos referimos a la Antigüedad Clásica y a la Edad Media Cristiana.
El arte paleocristiano se puede dividir en dos grandes periodos:
Periodo de persecución y clandestinidad (siglos II y III),
Periodo del gran arte paleocristiano en tiempos del Cristianismo como religión oficial del Imperio (parte del siglo IV). En esta fase será, por contra, un arte protegido e impulsado por las grandes jerarquías eclesiásticas de la época.

Arte barroco
Es un estilo artístico, dramático, que se utilizó en arquitectura, pintura y escultura, y que intentaba despertar las emociones del espectador.  Los artistas y arquitectos que incursionaron en este estilo, utilizaron todo tipo de trucos para crear una ilusión visual de formas y movimientos. Este estilo floreció desde 1600 hasta 1740.   El término Barroco se creó en el siglo XIX y deriva del vocablo berueco que significa "perla irregular". El Barroco al principio se tuvo como una etapa del arte puente entre el Renacimiento y el Neoclasicismo. Sin embargo, es mucho más que eso. El arte barroco, a diferencia del arte clásico en que primaba la razón, es un arte en que se exacerban los sentidos y la sensibilidad se pone al límite. Estos rasgos se continúan en el Rococó y se desbordan en el Romanticismo. Ya en el siglo XX, el Dadaísmo y la Abstracción corroboran el triunfo del sentimiento en detrimento de la razón de un modo definitivo.

Barroco en España
El siglo XVIII es el siglo del barroco, en que España esta viviendo las últimas consecuencias del concilio de Trento. En España es un barroco que todavía no es muy recargado, porque está viviendo todavía las influencias de Herrera. La pintura barroca española es esencialmente religiosa, aunque también hay otros temas.
Se va a representar a las clases bajas.
De Rivera tenemos la "Inmaculada Concepción"; obras con santos y mártires, como es el "Martirio de San Bartolomé"; también tiene temas mitológicos y del mundo antiguo como "Arquímedes"; del antiguo testamento, "El sueño de Jacob".
De la escuela Andaluza son Zurbarán, Murillo y Valdés Leal. Estos tres pintores representan un aspecto de la religión.
Murillo representa el aspecto amable de la religión, por eso suele representar inmaculadas y niños; de él tenemos la "Inmaculada Concepción", "El buen pastor", "Los niños de la Concha"; pero tiene otro lado suyo que representa la crisis de Sevilla y representa una serie de cuadros, así tenemos "Los niños comiendo melón", "Los niños de la concha", "El niño pordiosero".
Velázquez es sevillano de madre portuguesa y su pintura se caracteriza por su realismo, es tenebrista pero realiza dos viajes a Italia, él lucha por la luz, el color y llega a dominar la perspectiva aérea.
Además, Velázquez pasó a ser pintor de corte.

Barroco en Holanda

Al comenzar el siglo XVII muchos artistas holandeses, incluido Hendrick Goltzius, todavía pintaban al estilo manierista. El barroco de Caravaggio llegó a Holanda cuando determinados artistas, entre los que sobresalen Gerrit van Honthorst y Hendrik Terbrugghen, retornaron a su país natal procedentes de Italia; hacia 1620 el naturalismo estaba fuertemente asentado en la escuela de Utrecht. Diferente al resto de artistas holandeses,  Rembrandt, el maestro más grande del barroco holandés, pintó una gran variedad de temas: -retratos, paisajes y escenas históricas, mitológicas y religiosas- con incomparable virtuosismo.   Paisajes,  bodegones,  cuadros de animales y perspectivas arquitectónicas se convirtieron a partir de su obra en importantes géneros de la pintura holandesa.


Barroco en Inglaterra:

La pintura barroca en Inglaterra estuvo dominada por la presencia de Van Dyck, inspirador de una generación entera de retratistas. La escultura recibió influencias, igualmente, de los estilos italiano y flamenco. Sir Christopher Wren también viajó a Italia y Francia, y sus proyectos para la catedral de Saint Paul en Londres (iniciada en 1675) revelan su profundo conocimiento de Bramante, Bernini y otros arquitectos italianos. El manierismo también se conservó en las pinturas de Jacques Callot y Jacques Bellange. El naturalismo barroco evolucionó de la mano de artistas como Valentin de Boulogne, que había vivido en Italia, y de aquellos otros que habían tenido relación con los pintores flamencos naturalistas, como los hermanos Le Nain y Philippe de Champaigne. De enorme transcendencia en la historia de la pintura barroca francesa fue el clasicismo de Nicolas Poussin. Aunque vivió en Roma la mayor parte de su vida, la influencia de Poussin -como la de su compatriota en la capital italiana Claudio de Lorena- en su país natal fue enorme. La segunda mitad del siglo XVII abrió paso a un arte plenamente barroco, donde se combinaba el clasicismo precedente con los nuevos gustos dictados por la Academia de Bellas Artes, ejemplificado en los frescos de Charles Lebrun para el palacio de Versalles. El último exponente de la pintura barroca francesa fue Antoine Coypel, fuertemente influido por la obra de Rubens, como se aprecia en las pinturas para la capilla real de Versalles.  La escultura de Pierre Puget también fue característica del pleno barroco, mientras que François Girardon y Antoine Coysevox practicaron un marcado clasicismo en las esculturas monumentales para el rey Luis XIV. El palacio de Versalles (comenzado en 1661), construido para albergar la corte de Luis XIV por Louis Le Vau, André Le Nôtre y Charles Lebrun, es el monumento arquitectónico más importante del barroco francés.


Barroco en Austria y Alemania:

Aunque los acontecimientos políticos -guerra de los Treinta Años (1618-1648) en Alemania y presencia de los turcos en Austria- impidieron el desarrollo del barroco en ambos países hasta el siglo XVIII, algunos artistas importantes se destacaron a lo largo del siglo XVII. Balthasar Permoser, en Baviera, asimiló el estilo del pleno barroco italiano trasladándolo a Dresde, donde se convirtió en el escultor barroco más destacado. Uno de los más destacados arquitectos barrocos de Austria, Johann Bernhard Fischer von Erlach, demostró su perfecto conocimiento de los modelos italianos en la exuberante iglesia de San Carlos Borromeo en Viena (1716-1737).


El arte barroco engloba numerosas particularidades regionales. Arte barroco en Italia   En Italia, la pintura, escultura y arquitectura barrocas evolucionaron a partir del manierismo.


La Pintura Del Barroco En Italia.

A finales del siglo XVI la pintura barroca se inicia bajo la influencia del Caravaggio.  El nuevo estilo favorece los temas religiosos y arrincona la mitología a los palacios, combina realismo e ilusión, descuida el dibujo y usa profusamente los tonos dorados. El claroscuro se vuelve más dramático y la perspectiva adquiere importancia. La  composición sigue líneas onduladas, circulares o quebradas.  Caravaggio y  Tiépolo, desde luego, no son los únicos pintores del Barroco italiano


Características del arte barroco
Algunas características del estilo barroco son:
Patetismo: gusta de la expresión de estados anímicos emotivos tales como: éxtasis, miedo, ansiedad, etc., que los rostros traducen con el más vivo verismo. Claroscuro: se buscan efectos propios de la pintura Se evitan las formas planas, tendiéndose a las curvas, de manera que los cuerpos se perciben como envueltos en una atmósfera luminosa y  tener profundidad. Teatralidad: existe una propensión a lo exagerado y a las actitudes elocuentes que hacen de ella una representación dramática. Los edificios aparecen llenos de movimiento.  Las fachadas planas se combinan con las curvas e incluso a veces aparecen como mixtilíneas, las fachadas curvas mezclan asimismo las formas cóncavas con las convexas. Se utilizan atlantes, cariátides, grandes columnas y pilastras, soportando cubiertas generalmente abovedadas,  abundan las cúpulas que asombran por sus dimensiones. Su grandeza aumenta al pintarse en ellas composiciones celestes. Aparece la columna salomónica, girando en un movimiento frenético esto además se intensifica con la construcción de profundos nichos y salientes cornisas, la decoración se hace muy abundante, tanto de tipo vegetal como geométrico, destacando las “placas recortadas”, pegadas a la pared y recordando a la decoración colgante,  llega incluso a tapar los elementos constructivos y a veces estos mismos se convierten en decorativo. Se huye de la fisión frontal de los edificios ya que estos con sus torres, sus cuerpos escalonados, sus columnas, se contemplan mejor con una visión lateral.
Entre otras características generales del arte barroco están su sentido del movimiento, la energía y la tensión. Fuertes contrastes de luces y sombras realzan los efectos escenográficos de muchos cuadros, esculturas y obras arquitectónicas. Una intensa espiritualidad aparece con frecuencia en las escenas de éxtasis, martirios y apariciones milagrosas. La insinuación de enormes espacios es frecuente en la pintura y escultura barrocas; tanto en el renacimiento como en el barroco, los pintores pretendieron siempre en sus obras la representación correcta del espacio y la perspectiva. El naturalismo es otra característica esencial del arte barroco; las figuras no se representan en los cuadros como simples estereotipos sino de manera individualizada, con su personalidad propia. Los artistas buscaban la representación de los sentimientos interiores, las pasiones y los temperamentos, magníficamente reflejados en los rostros de sus personajes. La intensidad e inmediatez, el individualismo y el detalle del arte barroco hicieron de él uno de los estilos más arraigados del arte occidental.
Como lo hemos mencionado anteriormente, en la mayoría de las pinturas se puede observar que el tema es religioso

bibliografia